Marketing Digital al alcance de todos

El marketing digital o marketing online ha abierto un mundo de oportunidades de negocio que cualquiera puede aprovechar. Sin embargo, cuando alguien  introduce una mejora en un proceso o producto, lo natural es que durante un tiempo se beneficie de esa ventaja frente al resto de competidores. No tardará mucho en llegar alguien que ha «copiado» su idea y se situará a su nivel. Después vendrá otro, y otro… hasta que sea imposible diferenciarse por esa mejora en concreto. Algo parecido pasa con internet y las redes sociales ¿cómo puede ayudarme algo que está al alcance de todo el mundo?

El marketing digital y su doble filo

El marketing digital engloba todas las acciones encaminadas a vender o promocionar un determinado producto o servicio usando como medio de distribución un soporte digital, por lo general internet. Lo único que lo diferencia del marketing tradicional es el medio.

Precisamente ahí radica el secreto, en lo económico que resulta emprender cualquier acción en el medio digital: cambiar el logotipo de un restaurante implicará cambiar luminosos, cartas, tarjetas de visita, carteles promocionales y un largo etcétera. Sin embargo, cambiar el logotipo de un negocio en internet puede ser tan simple como sobrescribir un archivo con otro.

Parece que todo son ventajas y pocas veces nos paramos a pensar que igual que un empresario de Córdoba puede vender sus productos en Nepal gracias a internet, al mismo tiempo puede haber un empresario Nepalí que ofrezca su catálogo online a los internautas cordobeses. Es decir, el comercio electrónico aumenta nuestra clientela potencial pero también nuestra posible competencia. Y aún hay más malas noticias: si optas por quedarte fuera del mercado digital será como cerrar los ojos y creerte invisible.

El éxito no está asegurado

Todos conocemos la versión idílica de los negocios en internet: proyectos que con poca inversión consiguen llegar en poco tiempo a millones de consumidores potenciales. Y con esa idea nos quedamos y no tenemos en cuenta que detrás de ese proyecto seguramente exista una dedicación y trabajo previos, un producto innovador o un servicio con una demanda que cubrir.

Eso da lugar a casos de inversiones descontroladas que desembocan en «mi tienda online no funciona», «busco el nombre de mi negocio en Googley aparezco, pero si busco cualquier otra cosa ya no salgo» o «tengo 200 amigos en Facebook pero ninguno me pide presupuesto».

negocios en internet

FUENTE: http://goodcents.pocketsmith.com

Lo que hoy funciona mañana ya no

Hace unos años, cualquiera que tuviera una página web se situaba un paso por delante del que no la tenía. Llegó un día en el que lo raro era que una empresa no contara con presencia online, entonces recurrimos al diseño, y después al seo, los anuncios, las redes sociales… Aquellas frases de principios de siglo (que por desgracia siguen sonando en los despachos de muchos de los encargados de que nuestra economía funcione) tales como «Internet es el futuro» o «Hay que estar en internet» han dejado paso a otras del tipo «Ya no basta con estar en internet» o «Ahora el contenido es el rey«. Podemos asegurar que dentro de unos años estas afirmaciones también habrán quedado obsoletas y serán reemplazadas por otras igual de tajantes.

¿Cuál es la solución?

He comenzado el artículo formulando la pregunta de cómo podemos beneficiarnos del marketing electrónico cuando está al alcance de todos y la respuesta es muy simple: hay que tomárselo en serio.

Cuando necesito pan voy a la panadería (porque no soy panadero), la contabilidad la dejo en manos de mi asesora (porque no soy contable), la ropa la compro ya hecha (porque no soy sastre), cuando estoy enfermo voy al hospital (porque no soy médico)…

[youtube]http://www.youtube.com/watch?v=rQCsHE8EZ98[/youtube]

Claro que sí, podría recibir un curso de contabilidad, bajarme ContaSOL, aprender a utilizarlo, introducir yo mismo las facturas recibidas, calcular las nóminas y, al fin, dejar de pagar la cuota mensual de la asesoría. Todo dependerá del tiempo que esté dispuesto a robarle al trabajo, la familia o el relax. 

¿Qué opináis? ¿Pensáis que soy demasiado radical? ¿Cualquiera podría encargarse de posicionar un web, administrar (correctamente) una comunidad de seguidores o escribir en el blog corporativo de una empresa?