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Foto por carolofotos

La técnica del «Follow – Unfollow» está pensada para aquellos obsesionados con el tamaño de su lista de seguidores, generalmente cuentas de robots o spammers a los que la calidad de su comunidad no les importa. El problema surge cuando algún community amateur utiliza esta técnica para engrosar la lista de seguidores de su cliente. He cazado a alguien que está utilizando el follow – unfollow y lo he tomado como ejemplo para poder analizar con datos la repercusión de este método. Al final del artículo desvelaré el nombre de la cuenta cuyo comportamiento me ha inspirado para escribir este post.

Si ya lleváis tiempo en Twitter, sobretodo si utilizáis alguna herramienta tipo SocialBro para gestionar a vuestros contactos,  lo que os voy a contar no es nuevo: usuarios que te siguen un día y de repente al poco tiempo te dejan de seguir. En ocasiones este unfollow será justificado (tus tuits no son los que esperaban, se han confundido, tu frecuencia de publicación les fríe su TL…), pero es muy probable que se trate de un intento de utilizar la técnica follow-unfollow.

¿En qué consiste la técnica follow – unfollow?

Esta técnica consiste básicamente en seguir indiscriminadamente a un número alto de usuarios, esperar un tiempo a que te devuelvan el follow y terminar haciendo unfollow masivo. La operación se repetiría con otro grupo de usuarios y así sucesivamente.

Si el usuario no utiliza una herramienta seguramente nunca se dará cuenta de que han dejado de seguirle y se convertirá en víctima del supuesto engaño.

 

¿Es realmente efectiva?

Si por efectiva entendemos que consigue hacer crecer tu número de seguidores, la respuesta es sí, crecer crece. Si vemos la gráfica observamos como desde que esta cuenta comenzó a utilizarlo su número de followers (azul oscuro) aumenta. He utilizado este rango de fechas porque así se ve más clara la comparación entre un crecimiento sostenido natural frente al crecimiento que el uso de esta técnica ha ocasionado.

follow-unfollow

 

No se aprecia correctamente, pero en su primer asalto pasa de 279 seguidos (azul claro) el 28 de octubre a 2.001 (el máximo posible para usuarios con menos de 2.000 seguidores) el día 2 de noviembre. El resto de la gráfica deja patente los continuos follows-unfollows, con records de casi 1.500 unfollows en un solo día. Además podemos ver estudiando su frecuencia como está a punto de volver a hacer otro unfollow masivo.

En cuanto a los seguidores, pasa de 870 el día 28 de octubre a 2.630 a día de hoy (29 de noviembre). O lo que es lo mismo: 1.760 seguidores nuevos en un mes.

Si funciona ¿por qué estoy en contra?

Calidad de la comunidad

Una comunidad no se mide por el número de usuarios sino por la calidad de los mismos. Yo mismo en alguna ocasión he seguido en un mismo día a 30 o 40 personas, pero teniendo en cuenta sus perfiles o intereses comunes a los míos, pero seguir a miles de usuarios en pocas horas no es compatible con esta selección, es decir, es un seguimiento indiscriminado.

Produce sentimiento de rechazo

Aunque por norma general los usuario de Twitter no ven con malos ojos que alguien les pueda hacer unfollow por razones de incompatibilidad, el hecho de que dejen de seguirte solo porque ya han conseguido su objetivo te hace sentir engañado y ninguneado. Si alguno de ellos se da cuenta de que ha sido víctima de un follow-unfollow es muy probable que cree un sentimiento de rechazo.

Posibles penalizaciones por parte de Twitter

Twitter establece unos límites claros sobre comportamientos agresivos a la hora de seguir y dejar de seguir usuarios. Tarde o temprano terminará penalizando a los que utilizan este tipo de técnicas.

¿Y encima no es tu cuenta?

Esas razones ya serían suficientes para no utilizar el follow-unfollow, pero cada uno es libre de hacer lo que quiera. Sin embargo, si eres un Community Manager y te dedicas a gestionar la cuenta de Twitter de otros, utilizar esta técnica sin consentimiento del cliente debería de estar prohibido. Ya no solo porque el sentimiento de rechazo o las posibles penalizaciones de Twitter recaerían en la marca a la que representas, si no porque el fraude es doble: estás engañando a tus seguidores y al mismo tiempo estás engañando a tu cliente.

Y por último ¿quién era nuestra cuenta misteriosa?

Desde que pensé en escribir este post he estado dándole vueltas al tema de mantener el anonimato de la cuenta que nos sirve de ejemplo o no. Después de muchos pros y muchos contras, la decisión final ha sido hacerlo público. Las razones que me han hecho decidirme:

  • No es delito utilizar follow – unfollow por lo que si esta cuenta lo usa no está infringiendo ninguna ley.
  • Si el que gestiona el perfil de Twitter es uno de los integrantes de la empresa, tampoco hay nada de malo, como he dicho anteriormente, cada uno es libre de hacer lo que quiera con sus cosas.
  • Si la cuenta está gestionada por un Community Manager pero este ha informado a su cliente de que estaba utilizando esta técnica, tampoco pasa nada.
  • Si el dueño de la cuenta no estaba informado de que se estaba utilizando esta técnica, a partir de ahora ya lo sabrá y será él mismo el que juzgue si es ética o no.
  • Aporto datos públicos que pueden verificarse con un simple clic, por lo que este artículo solo es un resumen de mi opinión personal y el análisis de de esos datos.
  • No creo que  mi opinión vaya a causar daño a la imagen de esta marca.

Lo prometido es deuda: la cuenta del ejemplo es Rabanales21. ¿Podría haber sido otra? Sí, pero esta fue que utilizó esta técnica hace unas semanas conmigo y a la que le devolví el follow por tratarse de una marca de mi ciudad y por conocer a alguno de sus representantes.

¿Este artículo podría tomarse como una especie de venganza por ese unfollow? Después de tantos años en Twitter, creedme: he recibido unfollows mucho más «dolorosos» que ese. 😉

Repito que yo no estoy demonizando ni juzgando a nadie: esto es solo una opinión. Como siempre ¡espero vuestros comentarios!