No deja de llamar la atención que, pese a la llegada de las redes sociales y el auge del SEO, el email marketing sigue siendo uno de los pilares fundamentales de cualquier estrategia de marketing online. Lo ha sido, lo es y lo será durante mucho tiempo. Como se suele decir, «el dinero está en la lista».

Enviar correos masivos fue una de las primeras acciones de marketing que los pioneros de internet comenzaron a usar para ponerse en contacto con sus potenciales clientes. El abuso de esas técnicas (como suele ocurrir en casi todos los ámbitos de la vida, cuando algo funciona y todo el mundo lo utiliza se pierde efectividad) llenó nuestros buzones SPAM y amenazó con acabar con la reputación y la rentabilidad que durante tanto tiempo había demostrado el marketing a través del correo.

Hoy en día, los grandes gurús defienden el email marketing a capa y espada pero su aplicación puede resultar frustrante si no se siguen una serie de pautas.

El dinero está en la lista

Lanzar una campaña de email marketing con garantías

Lo primero que debemos tener en cuenta es que el receptor de nuestro email efectivamente desea recibir ese correo. Esto descarta por completo el uso de listas de emails compradas o extraídas de internet. Nuestra lista de correo hay que crearla desde cero. Para ello hay que disponer formularios de recogida de contactos (en la web o en los perfiles de redes sociales por ejemplo) o pedirle permiso a los potenciales clientes para incluir su dirección de email en la lista.

Está claro que crear la lista de esta forma es mucho más lento que comprarla directamente, pero a largo plazo nos asegura que obtendremos resultados con ella.

Utilizar un programa de envío masivo de emails

También es importante utilizar desde el primer momento una herramienta de email marketing que nos permita la gestión de la lista de contactos (darlos de alta, clasificarlos, automatizar las altas y las bajas,…) y nos facilite el diseño y envío de los emails. No hay que esperar a tener un «número suficiente de emails» para decantarnos por usar una u otra plataforma. Así dispondremos de tiempo para habituarnos a la interfaz, explorar las diferentes opciones y hacer pruebas. Si nos equivocamos y enviamos un email por error a toda la lista, mejor que sea al principio cuando solo tengamos 10 contactos que «meter la pata» cuando tengamos que pedir perdón a cientos o miles de personas.

NUNCA deberemos de enviar emails masivos a través de programas de gestión de correo como Outlook o Thunderbird o usando nuestra propio servidor de correo porque el riesgo de que el envío acabe en el buzón de spam es muy alto. Además probablemente nuestro dominio, dirección de email o IP del servidor de correo acabará en una lista de negra que prácticamente anulará su uso incluso para un envío normal de correos.

Cuidar los detalles

Por último, si finalmente hemos hecho las cosas bien y hemos conseguido evitar los filtros antispam, necesitamos llamar la atención del usuario para que abra el email. Para ello, tendremos que trabajar el asunto o subject del email. La plataforma que hayamos elegido nos dará las estadísticas de apertura de emails que nos ayudará a probar diferentes fórmulas y comprobar el resultado.

Una vez abierto, el email debe convencer en pocos segundos al usuario de que lo que estamos comunicando es importante para él. En este momento, el diseño y el contenido del mailing será vital para que todo el trabajo anterior haya servido para algo.