El secreto de twitter

Al contrario que otras redes sociales como Facebook, Twitter es asimétrica, lo que significa que podemos seguir a un usuario sin que este nos siga a nosotros. El concepto Follow back defiende que si un usuario comienza a seguirnos, nosotros deberíamos de seguirlo a él también (seguir de vuelta). Hay quien está totalmente en contra y otros que llevan el Follow back hasta sus últimas consecuencias. Yo, como en otras muchas cuestiones, he encontrado la solución en el punto medio.

La particularidad de Twitter, esa asimetría entre seguidores y seguidos, choca casi de frente con la bidireccionalidad de la conversación: si yo estoy dispuesto a escucharte a ti ¿por qué tú no? ¿Cómo puedes tener 20.000 seguidores y solo seguir a 10 personas? ¿Por qué no respondes a mis menciones?

Los detractores de esta tendencia te dirán que no seguir a un usuario no significa no escucharlo, que siempre te quedan las listas o que si sigues a mucha gente tu timeline se convierte en ingobernable. Y no les falta razón: precisamente para gestionar un TL que cambia tan rápido es para lo que sirven las listas.

Por el otro lado, los talibanes del Follow back, que tienen el mismo número de seguidores y se seguidos y que no siguen a nadie cuyo follow no sea mutuo. Estos también se están perdiendo muchas cosas.

En la vida analógica,  soy de los que prefieren escuchar a hablar, por lo que mi versión 2.0 no podría ser menos, y desde mis inicios como tuitero he optado por el follow back asistido: qué menos que dedicarle unos segundos de atención a una persona que acaba de seguirme para estudiar su perfil y, en el caso de que su temática sea afín a la mía, corresponder su seguimiento. Si más tarde los tuits del nuevo seguido no te interesan, siempre puedes hacer unfollow.¡Follow back hasta que se demuestre lo contrario!

¿Qué opináis? ¿Sois de los que escucháis o de los que os gusta hablar? ¿Qué criterios utilizáis para seleccionar a vuestros seguidos?

En el próximo artículo que le dedique a Twitter prometo estudiar los famosos unfollows accidentales ¿fallos de Twitter? ¿Errores de las aplicaciones móviles? ¿Dedos demasiado gordos? (Esta despedida me ha quedado muy Iker Jiménez)