Hoy, lunes 17 de Diciembre, después un intensísimo fin de semana en el Startup Weekend de Córdoba, se podría decir que estoy siendo víctima de una especie de Jet Lag emocional que me hace sentir como en una nube. Y es que poco a poco he ido tomando contacto con «el mundo real»: responder los emails acumulados, revisar la agenda por si tengo alguna cita, echar un vistazo a la prensa, retomar el proyecto en el que estoy trabajando por el punto donde lo dejé el viernes … Mientras tanto, entre tarea y tarea, se hacen notar los efectos secundarios de 54 horas intensivas de creación y aprendizaje.

Pero hagamos un flashback al más puro estilo de Holywood y comencemos por el principio. Esta es mi crónica del «Startup Weekend Córdoba ODB».

Viernes 14

Las 5 de la tarde era la hora elegida para dar el pistoletazo de salida. Con todos los asistentes  correctamente acreditados y tras presentarse el equipo organizador, Asier Ríos, facilitador del evento, explicó brevemente la esencia del Startup Weekend y las diferentes fases por las que iríamos pasando a lo largo del fin de semana.

1) Exposición de las ideas: De entre los cerca de 50 asistentes, 21 de ellos expusieron su idea y sus necesidades, intentando convencer en 1 minuto a la audiencia de que su proyecto era el mejor.

2) Votación de los proyectos: Cada asistente disponía de 3 puntos que podía asignar a la(s) idea(s) que más le hubiera gustado. De este modo cada idea iría acumulando puntos de cara a ser seleccionada para ser una de las elegidas.

3) Elección de las ideas seleccionadas y formación de equipos: Tras el recuento de votos, se seleccionaron 10 ideas que deberían pelear para conseguir en media hora el equipo necesario para su desarrollo. Y digo bien, pelear, porque no todos los perfiles abundan de igual manera, y encontrar un programador o diseñador libre y convencerlo para que se uniera a tu equipo no era tarea fácil. De esta forma finalmente se formaron alianzas y sinergias y se consiguieron crear 8 grupos de trabajo.

4) Pizza time, presentación de los componentes del equipo y primera tormenta de ideas: Era la hora de que cada componente se presentara y expusiera brevemente qué podía aportar al equipo. Tras unas pizzas, una intensa tormenta de ideas para asentar las bases del proyecto, los objetivos y las posibles líneas de negocio. Es casi medianoche, mañana será otro día.

 

Sábado 15

Café y dulces para recibir a las 9 de la mañana a los participante más madrugadores (la gran mayoría). Después, directos a trabajar: terminar de perfilar la idea, elegir un nombre, definir las líneas de trabajo…  hace unas horas ni siquiera nos conocíamos y en unos minutos la maquinaria está engrasada y preparada para funcionar a marcha forzada, los roles asignados y las tareas repartidas.

La jornada está salpicada de enriquecedoras píldoras, bien sea en forma de visita de uno de los componentes de numeroso y multidisciplinar grupo de mentores que la organización puso a nuestra disposición o bien en forma de charla por parte de ponentes de reconocido prestigio.

Solo las breves paradas para almorzar o cenar desaceleraban temporalmente el ritmo de trabajo de los equipos. Así, casi sin darnos cuenta, el reloj  marcó las 11 de la noche. Vale por hoy. Algunos valientes optan por cambiar  sueño por fiesta.

 

Domingo 16

Madrugón dominical y de nuevo temprano en CoSfera para afrontar el último día. Hoy las sábanas han retenido a más de uno, que van llegando con cuentagotas a lo largo de la mañana. Los noctámbulos cierran el grupo de los rezagados con ojos de haber dormido poco. Ya quedan apenas unas horas y quedan muchos asuntos por cerrar, números que cuadrar y ¡algún que otro fleco suelto de última hora!

El tiempo pasa volando: antes de que nos demos cuenta nos encontramos con un plato de paella en la mano, lo que significa que hay que comer rápido y volver al ordenador con el último bocado.

Se escuchan risas nerviosas, casi nadie se sienta en su silla y hay un cierto alboroto en el ambiente. Llegan las presentaciones.

 

Las presentaciones

Cada uno de los 8 grupos van desfilando uno detrás de otro intentando demostrar en 5 minutos que su trabajo del fin de semana ha dado sus frutos. Alea jacta est. Ya solo queda que el jurado delibere y designe a los ganadores. Y el resultado es unánime: jurado y asistentes han elegido al mismo grupo, Stuvoz nos ha sorprendido a todos con su propuesta de democratizar las aulas. ¡Enhorabuena!

Toca recoger el campamento. En las últimas 54 horas he pasado más tiempo en esta mesa que en ningún otro sitio. El cansancio hace mella, no es momento de hacer balance.

 

De vuelta al presente

Recuerdo como hace unos años, el programa deportivo más visto de la televisión no se emitía ni el sábado ni el domingo, si no el lunes. Michael Robinson e Ignacio Lewin presentaban «El día después», un programa que, aunque no dejaba de ser un resumen de la jornada, tenía una particular forma de acercarnos al fútbol. ¿Cuál era su secreto? Pues precisamente ese, el de disponer de más tiempo que el resto para analizar lo que había ocurrido en los terrenos de juego.

Por eso he elegido hoy, el lunes, «el día después», para escribir este artículo en forma de crónica. En estas horas he tenido tiempo de pensar, hacer inventario de lo aprendido, he intercambiado opiniones con otros asistentes e incluso hemos trazado una posible ruta para continuar con nuestro proyecto de startup.

Así que puedo decir sin miedo a equivocarme, que este ha sido el evento del año en Córdoba. Al menos en la Córdoba que yo conozco, la Córdoba proactiva del #hacerhacehacer y aconsejo encarecidamente a los que se lo hayan perdido que permanezcan atentos a sus pantallas porque en unos meses tendrán la oportunidad de resarcirse de su error.

Muchas gracias a los organizadores, mentores, ponentes, jurado, patrocinadores y sobre todo asistentes por haberme dado la oportunidad de vivir esta experiencia.

 

Edito:

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